martes, mayo 30, 2006

MAR DE COPAS: TIERNA GEOGRAFÍA DE LOS BARES

La insoportable bebedad del ser




Ollanta llegó tarde al debate con Alan por dizque, hacer una pascana en la Taberna Queirolo de Pueblo Libre, le llegó al nabo la II República. Yo me hubiese casado con Olenka Zimmerman pero llegué tarde a la cita por andar de tragos en el bar Cordano con Los Inmarsecibles. Damas y caballeros, esta es una breve travesía por los bares de Lima para construir un catastro con los hitos que forjan las edades, las amistades y las soledades desde la perspectiva de las copas y el tour de la memoria.

Escribe ELOY JÁUREGUI


1. Geografía del afecto. «Olores de hombres comprimidos, aromas de sobaco de mujer. Se subleva el urinario y el aserrín escupido: Humo de cigarrillos dulzones y templaduchos. Hedor a tabaco de mascar, espuma de cerveza derramada, Orina cervezosa de sujetos hableros, el rancio de su fermento». [El señor Blooom en el Bar Burton de Dublín.] Ulysses de James Joyce.

La cultura del bar forja su propio mapa sólo de acuerdo a las amistades, ese rol de los cariños sin PowerPoint, sólo para los amigos. Bares como anuncios de una vida con estaciones y rituales. Hitos de la existencia redentora. Templo del arrepentimiento. Clínica para recargar las palabras. Uno puede ser de Singapur, El Cairo o Buenos Aires. Uno es su bar y su tiempo. En Lima o Río, los bares no son estaciones ni pretexto para perder la existencia, al contrario, son los espacios públicos para hacer digna la vida privada. Sólo los imbéciles no tienen bares en su memoria ni en sus ternuras [1]. Huyen como el Drácula amariconado frente a la cruz que forma la botella y la copa.

La oferta es frondosa y harto imaginativa. En Lima, los bares como el NSC tiene rangos y jerarquías. Cierto, pero como cualquier ser viviente que camina, también posee ADN y algunos se clonan. Los bares del segmento A se hacen llamar pub o café, como antiguo. Es lugar del regio, sus espejos y su caché. En el Bohemia Café & Más del Óvalo Gutiérrez uno pueden pedir un Jack Daniels, el Borbón que liquidaba el joven Bush y sentirse bronceado por dentro; picar un antipasto y computarse un Antonio Banderas en Broadway, colocarse los lentes Avant magnet en la cabeza y alucinarse un recargado Keanu Reeves en la Matrix del posfuncionalismo Ace home Center. Luego, observar por los ventanales a los culturosos de la librería Crisol y a las cínicas del Cineplanet, entonces, pegar una llamada a la Mónica Bellucci de San Borja Norte y decirle: «Flaca. Esta es la noche. Arde mi lengua».

Las chicas que bajan de La Planicie se solapean en el Delicass de Dasso. Llegan en su 4X4 y hablan de Saramago como un tío por línea materna que a estas alturas sigue con esa huevada del comunismo y de Ramiro Llona, otro tío que es comunitario y todavía está buenazo, según Maria Fe. Todas portan una botellita de agua sin gas. O sea la rutina. Una suerte de falo proteico para la línea ingrávida. Así, esperan a sus anatómicas cómplices. Piden vino blanco, es bueno para los orgasmos múltiples. Traman un tournée por la disco Traffic y su ladies night. Ese es el point. Otras calientan con un vodka en las rocas. El gym las apasiona, la bulimia las inquieta. Se dicen sus cosas. Están en el escenario cosmetológico correcto. Sus anatomías las hace hermanas sin grasas. Sólo se lubrican con el efecto vitrina del bar.

En el Barra Brava todos son hinchas de Zidane. Es calvo pero pisa bien. El fútbol es el discurso cosmopolita. La champion y la neumonía atípica los arrastra por la acequia lingüística. El metasemema de los afectos corren tras la pelota. El sitio es futbolero y lo tutean al argentino Crespo como a Richard Pérez, el mozo. Pican cancha. Ellos son atléticos, yupies de chacra, ejecutivos juniors de Mamacona. Los viejos joden, así, todos se disfrazan de Ricky Martín aunque a la cerveza le dicen chelas, como los mexicanos. Se encebichan de pronto. Está perdiendo el Madrid, ese huevas del Hierro. A la hora se irán al viejo Colinita de la calle Berlín. Ahí se puede putear y meterse unos chutes. Que para eso se trabaja, que buena plata le costa al viejo lo de la U del Pacífico. Borrachos, de madrugada, se abrazan en banda [2]. En La Noche de Barranco rajarán hasta desmayarse por las carnes fofas de la argentina Nanci Guerrero. ¡Andá, parrillera!




2. El Aserrín ilustrado. «Los borrachos egoístas y rubicundos, eran lanzados de cabeza a los infiernos, en medio de tumulto de demonios en llamas, medusas y monstruosidades vomitorias entre botellas que se caían y emblemas de esperanzas rotas». [El Cónsul Geoffrey Firmin, en el bar El Farolito de la calle Nicaragua en Quauhnáhuac, México] Bajo el volcán de Malcolm Lowry.


El Palermo fue el bar. El más grande que se recuerde en este ejido. Sus restos aun se observan en la cuadra 11 de La Colmena cerca al Parque Universitario. Sus 22 mesas reunió a la vanguardia del pensamiento peruano entre 1950 hasta 1974. Alfombrado de aserrín y tatuada por la efervescencia nocturna, reunía a profesores y estudiantes de la universidad de San Marcos y alguno que otro de guapo de la Católica. Letras y de Derecho. Eran conspicua la feligresía periodística, porque bajaban, al cierre de la edición, toda laya de redactores de La Prensa, La Crónica y El Comercio, los diarios más importantes de ese entonces [3]. Adoratorio de la bohemia intelectual pensó el país de otra manera. Se equivocó Macera y también Arguedas. Después de todo, con este país, quién no se equivoca. Los hombres y las botellas, ese dueto que imaginara Julio Ramón Ribeyro, fue el soporte para los sueños y las utopías estrellados por las traiciones perpetuas.


El viejo Martín Adán está solo en su mesa. Broncano, el mozo, no permite que lo molesten. Mira la eternidad, el orden genético de sus palabras. Nosotros en la otra mesa no le perdemos detalle. Usa un gabán mugriento, dicen que está loco. Dicen que es un genio. El Palermo permite acompañarlo como citar a Nietzsche, «más allá del bien y del mal». Y desde su antiguo amor a la sabiduría no corrompida, aparecía Ortega y Gasset, y hasta el nirvana como fuente ideológica del fascismo germano, que era el fuerte de Schopenhauer, en los gritos de Jorge Pimentel o Tulio Mora o Enrique Verástegui, jóvenes aún, entre los puchos de la vida y los cigarrillos prestados y las medias botellas de pisco Vargas y los capachos bien remachados. Kant se enfrentaba a Velasco y la Reforma Agraria a Garcilaso. Así Kin Novak era más mujer que Laura Antonelli o al revés y Gladys Arista más fiel que Cuchita Salazar. Y recitábamos a Thomas Nashe, poeta impuro del mil quinientos: «Una flor es la belleza, que se marcha y se consume...El polvo ha cerrado los ojos de Helen, es hora de morir estoy enfermo: Señor ten piedad de nosotros». Así, a las 4 de la mañana, apagábamos la luz de El Palermo y todos nos íbamos a dormir, con Helen, por supuesto.


Pero fue en el bar Queirolo de la esquina de Camaná y Quilca donde uno se hizo hombre. Entonces el ron Cartavio era ese elixir del que hablaba el capital [de imágenes] de Groucho Marx. Vinces Davis, el poeta de Tumbes fue nuestro maestro del arte de la vida. Sus frases latigueaban rotundas. Ama a tu padre, detesta a los curas, cómprale un clavel a la vieja, nos decía. Y cierto, uno aprendió filosofía, barrio y finta, y la poesía cruel de no pensar más en ella. Así, Adam Smith era un huevero en las tardes del bar Cordano. Y en el Carbone conocimos a Vallejo, filudo y huesudo [Alejandro Romualdo dixit]. Antes, en el bar Zela de la Plaza San Martín sentí el tufo arrecho de Sérvulo Gutiérrez y con Felipe Buendía entendí porque Dvorak había animado a los arquitectos del bar del hotel Bolívar.

En el Café de France, frente al cine Le Paris, conocí a Isabella. Por ella tengo un lunar funesto en mi costado izquierdo y, con César Calvo, en el Versailles, comprendí que todo es cuestión de tiempo. Ah, pero que sería de mí sin las noches en el América, con jazz intramuscular, hierba para el cerebro y un verso que se quedó en la última servilleta azul. Ya lo dije, los bares son aquellos capos electromagnéticos de las ciudades. Los hitos de la arquitectura que diseña los afectos.

3. La pasión de la barra. «Había bebido hartos daiquiris dobles helados, de aquellos grandiosos que preparaba Constant y que producían la misma sensación al beberlos que la que producían el esquiar ladera abajo en un glaciar [...] Así, porque estaba aproximándose demasiado a algo de lo que trataba de huir, acabó en el último extremo del bar con las putas respetables.» [Thomas Hudson en el bar La Floridita de La Habana] Island in the Stream de Ernest Hemingway.



Si en el Salón Estrasburgo de la Plaza de Armas los limeños pudieron ver por vez primera una función de cine, fue en la confitería de la familia Barragán Muro, luego llamada el «Palais Concert», donde los almidonados limeños conocieron al primer auténtico artista: el zambo Abraham Valdelomar. Don Ernesto Ascher [4] dice que el antro –ensamblaba una épica vicaria y una lírica hedonista—se convirtió en el rendez vous de la sociedad al compás de una orquesta de Damas Vienesas al centro de una rotonda-mezzanine hasta que cayó Leguía y la sociedad se mandó a mudar a las chinganas de la Calle Capón.

El bar, desde entonces, más que ciencia genera conciencia. Su gramática es glocal –global y local—en el sentido del trío de dos, Deleuze & Guattari, quienes reivindica el proyecto nietzscheano de la inversión del platonismo comunal, y una concepción de lo real entendido como formado por una multiplicidad de planos. En la barra del bar, el limeño ha puesto en pie la idea de la reflexión contra los dictadores andróginos, líderes de opinión. Así, el bar subvierte lo que la formalidad considera pecado. La ética del bar-man [el hombre del bar] es la moral de Robin [hood], el justiciero injusto. La cibercomunicación y las autopistas de la información se articulan, antes de Peter F.Drucker , en la barra del bar. Internet de la solidaridad. Amigos los de antes. El bar no produce inútiles, genera lucidez.

Los peruanos más ilustres saben por la barra del bar y de la sabiduría del codo [5] antes que los burócratas de la inteligencia que se despeina por el establishment y el lameculismo antañón. El militante del bar es poco estridente, más bien observador y ácido cuando detecta un sobón. Aquello lo salva del champancito que ya denunciara Vargas Llosa. El «hermanito» es enemigo de los cariños fieros que en diálogo o susurro se hacen teoría y praxis en la otra familia, la que uno encuentra en esa civilización que puebla los bares. Lima escribe su destino en un bar. Esta, es parte de su geografía y me embriaga la emoción.


[1] En Kristeva, Julia, la posmodernidad como punto de agonía del proyecto moderno, no sólo supone profundas transformaciones en las ciencias, sino también en las instituciones formadoras del sujeto humano. El alcohol suelta las amarras. Se sale del closet. Hay pánico social.

[2] Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida pública. Jurgen Habermas. La aldea global como presión de la mundialización del hedonismo chonguero.

[3] El bar convertido en ágora griega. A los gritos las ideologías y las pasiones bajoventrales. Luego, el bar Chino-chino y después el volatín en el épico bar La Comisaría.

[4] En Curiosidades Limeñas. Sear’s Roebuck del Perú S.A. Lima 1974. Ascher es limeñólogo y como Porras Barrenecha o Salazar Bondy, el poeta, agarra calle y callejón de media mampara.

[5] Codistas famosos fueron los habitúes del Negro-Negro, del Viena, el Haití de la Plaza Pizarro y los solitarios de la medialuz en el Pigalle, el Ebony y el Maury.

LEER MAS: En El más vil de los ofidios. Eloy Jáuregui. Alfaguara 2006.


LOS PERUANOS PESAN 1 : GARCILASO DE LA VEGA


LA SANGRE Y RAZA DEL INCA





Su estirpe era ilustre de los dos lados, pues el capitán estaba emparentado con el Marqués de Santillana, con don Jorge Manrique y con el poeta toledano Garcilaso de la Vega, el "claro caballero de rocío" de Miguel Hernández. Isabel era nieta de Túpac Yupanqui, sobrina de Hicayna Cápac y prima de los últimos incas, los hermanos rivales Huáscar y Atahualpa.



Comenta el maestro mexicano Hugo Gutiérrez Vega la urgencia de dar a conocer más ampliamente la vida y la obra del Inca Garcilaso de la Vega, maestro del Renacimiento americano [la indiscutible maestra del Barroco es la mexicana Sor Juana] y a sus ilustres comentaristas: Porras, Barrenechea, Miró Quesada, José Durand y, de manera muy especial, a la crítica literaria puertorriqueña, Mercedes López-Baralt, que ha dedicado una buena parte de su vida al estudio a la obra del primer mestizo peruano, a José María Arguedas y a Luis Palés Matos y la rica literatura de Puerto Rico que "el gran Gautier llamó la perla de los mares" [gracias a Don Rafael Hernández, cantor de la Isla Preciosa].

«Existen tres obras fundamentales del Inca, Comentarios reales, Historia general del Perú (segunda parte de Los comentarios) y La Florida del Inca. En las dos primeras la obra y la biografía se unen. La tercera es un prodigio de pura imaginación, uno de esos sueños utópicos que motivaron las grandes proezas [recuerde el lector a la Doña Proeza de El zapato de raso, de Paul Claudel] de los conquistadores que, sin la menor duda, usaron más la espada que la cruz, diga lo que diga su retórica justificatoria.»

Nació el Inca en el Cusco, capital del Incario hasta el comienzo de las inacabables riñas entre Pizarros y Almagros. Se llamaba Gómez Suárez de Figueroa, pero se le impuso el nombre de sus tíos paternos. Hijo del capitán español Garcilaso de la Vega y de la ñusta o princesa incaica, Isabel Chimpu Oclo, su estirpe era ilustre de los dos lados, pues el capitán estaba emparentado con el Marqués de Santillana, con don Jorge Manrique y con el poeta toledano Garcilaso de la Vega, el "claro caballero de rocío" de Miguel Hernández. Isabel era nieta de Túpac Yupanqui, sobrina de Hicayna Cápac y prima de los últimos incas, los hermanos rivales Huáscar y Atahualpa.

El quechua fue la primera lengua del Inca, y en su hogar cusqueño escuchó los comentarios familiares sobre la grandeza ida del Incario y vivió de acuerdo con los usos y costumbres de los incas. Por eso, ya adulto, se dio a sí mismo, con orgullo y respeto, el nombre de Inca. El capitán su padre le puso un ayo, Juan de Alcabaza, para que le enseñara el español y se acercó al latín de la mano del erudito canónigo Juan de Cuellar.

Tenía once años cuando sufrió una gran humillación pues, como nos lo recuerda Mercedes López-Baralt, el capitán
abandonó a la ñusta para casarse con una aristócrata española (cualquier parecido con Cortés, La Malinche y la Marcaida es totalmente exacto). El fogoso capitán casó a la ñusta con un modesto mercader, Juan del Pedroche, y se dedicó de lleno a la complicada y retorcida política virreynal. Así su vida transcurrió entre los conflictos protagonizados por los pizarristas y los almagristas, por los partidarios de una especie de autonomía que mucho les favorecía y los fieles a la corona española. El Inca, escribano en la casa paterna, vivió todas esas calamidades y se encerró en sus libros y en sus latines. En 1541 supo que Francisco Pizarro, gobernador y capitán general del Reino de la Nueva Castilla, había sido asesinado en su palacio de gobierno.

LOS SONIDOS Y LAS FURIAS

La historia del virreynato del Perú [o Nueva Castilla] está llena de "sonido y de furia". Pizarristas, almagristas y enviados de la corona vivieron en constante lucha: Francisco Pizarro fue asesinado en su casa de gobierno en Lima, Almagro el mozo fue degollado en Cuzco. El capitán Garcilaso de la Vega, padre de nuestro Inca, participó en todas las contiendas, fue nombrado teniente y capitán general de CuSco, Arequipa y Charcas y, más tarde, cayó en desgracia por los constantes vaivenes de su actitud política. Enemigo de la abolición del llamado "servicio personal de los indios" [léase esclavitud], se unió a Gonzalo Pizarro y luchó contra los emisarios de la corona. En una de las batallas, el capitán prestó su caballo a Gonzalo para facilitar su huida. Esta anécdota, aparentemente sin relevancia, quedó como una mancha indeleble en su historia militar y política. Lo persiguió toda su vida y siguió como una maldición sobre los hombros de su hijo.

Esto explica la escritura de la segunda parte de los Comentarios reales que apareció con el nombre de Historia general del Perú. En este magnífico texto, el Inca intenta reivindicar la memoria de su padre y, simultáneamente, defender sus derechos nobiliarios y pedir la entrega del legado familiar que el gobierno retenía con el peregrino argumento de que el capitán había sido traidor a la corona.

En 1559 muere el capitán. El Inca recibió 4 mil ducados para que pudiera continuar sus estudios en España. En 1560 llega a la península y se instala en la casa familiar de Montilla. Se fue a Madrid en 1561 y dedicó gran parte de su tiempo a los trámites ante el Consejo de Indias que se negaba a reconocer sus derechos. El infantil y burocrático argumento del Consejo era la traición a la corona consistente en la entrega del caballo "Salinillas" (¡vaya innombrable nombrecito!) a Gonzalo Pizarro para facilitar su escapatoria en la batalla de Huarina.

No olvidemos que el gobierno, con tal de no pagar, ["cuando cobre el pagaré que gusto te voy a dar, mujer", decía la canción de los tiempos carranclanes] es capaz de exigir los más estrambóticos requisitos. El curioso acontecimiento fue documentado por López de Gómara, Agustín de Zárate y Diego Fernández de Palentino. Estos testimonios apuntalaban el fallo del laberíntico Consejo de Indias. Decía el Inca que las sombras arrojadas contra su padre le habían quitado el comer. En 1563 renunció al nombre de Gómez Suárez de Figueroa y adoptó el de su padre, Garcilaso de la Vega, al cual agregó, con legítimo orgullo, la mención al pasado inca de su madre, la ñusta imperial. Estas circunstancias se reflejaron en su obra. Con toda razón, Pupo-Walker habla de la nostalgia que invade los Comentarios reales y del "brio argumentativo" que caracteriza a la Historia general del Perú.

El Inca vive en soledad y pobreza los siguientes años y lograr unir los dos aspectos de la personalidad de su antepasado poeta, las armas y las letras, pues sienta plaza de soldado y participa en la guerra de Las Alpujarras, absurda contienda en contra de los moriscos, llena de racismo y de injusticia. Los moriscos lo único que pedían era que se les permitiera hablar en su lengua, conocida por los racistas del centralismo castellano como "algarabía" (¡vaya costumbre de los castellanos la de prohibir el habla de las distintas lenguas de la península!). Como el poeta, su antepasado y modelo, el Inca intentó ajustarse a las reglas del "cortesano" Baldassare Castiglione y, al terminar la guerra, recibió cuatro "conductas de capitán", dos del enorme burócrata que fue Felipe II y las otras dos de don Juan de Austria. Estas prebendas aliviaron sus problemas económicos y pudo regresar a Montilla para dedicarse al estudio del italiano, al perfeccionamiento del latín y a la crianza de caballos. Siguió leyendo y escribiendo infatigablemente. Ya para entonces se le conocía por el nombre del Inca Garcilaso. Así firmaba sus cartas y documentos y así enfrentaba al racismo peninsular tan cargado de prejuicios y de inequidades.


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lunes, mayo 22, 2006

AGENDA POLÍTICA: UN DEBATE DE ARQUEOLOGÍA


Con formato cavernario


Por: César Campos R.

Aunque pudo ser de antología, aludimos con este título a la polémica presidencial que no sólo discurrió en el museo de nombre idem, sino que también tuvo un formato cavernario y comprobadamente inútil para extraer un balance justo de las propuestas de ambos candidatos.

Por eso, el buen nivel general de las formas no menguó la percepción de insuficiencia de los planteamientos que la mayoría de comentaristas hizo suya, al terminar anoche la puja verbal entre Ollanta Humala y Alan García. En seis minutos – entre el delineamiento de los planes específicos, la réplica y dúplica urgidas por la necesidad de uno que otro puyazo – resultó imposible expresar y contrastar adecuadamente las ideas.

Dicho esto, que me parece fundamental para ponerle freno a los juicios despectivos, subrayemos primero el enorme valor democrático que tiene un intercambio de opiniones público entre quienes aspiran dirigir la nación, los cuales están obligados a continuar dialogando civilizadamente luego del cuatro de junio.

Segundo, esperemos que este debate o exposición de propuestas, ayude a definir el voto de los ciudadanos todavía reacios a endosar su apoyo a cualquiera de los candidatos. Aunque es factible que muchos mantengan su indiferencia o repudio hacia Ollanta y Alan, también convengamos en la necesidad de ayudar a la formación del nuevo gobierno sin que ello signifique una entrega ciega, irreversible e irrevisable, a quien obtenga nuestro preferencia en el acto de sufragio.

Tercero, no olvidemos el peso definitorio que tendrán Humala y García en la vida nacional, por lo menos durante los próximos cinco años, sea quien sea el ganador de la segunda vuelta. El que pierda los comicios, igual conservará el manejo de un partido o alianza con más de 40 representantes en el Parlamento.

Asimismo, ambos – como lo hemos dicho en una anterior columna – tienen ya la vista puesta en las próximas elecciones regionales y municipales de noviembre para acrecentar su espacio de poder. De manera que ninguno será cadáver político tras la etapa del ballotage y eso debemos asimilarlo desde ahora.

No auguramos nada espectacular de aquí a la fecha de las elecciones, que altere las tendencias conocidas favorables al postulante del PAP. Por ello, García debe sentirse satisfecho con los resultados del debate, el mismo que careció de singularidades efectistas en su contra, pese a los leves cabes de Humala. Las puertas del Palacio de gobierno están a punto de darle una temblorosa bienvenida.

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cesarcamposlima@yahoo.com

martes, mayo 16, 2006

HISTORIA DEL PERÚ: LA MEMORIA DEL FUTURO



LA MOMIA TIENE BUEN CUERPO
***

Una mujer de unos 30 años acaba de ser descubierta. Ella no sabe de gyms ni de pilates pero goza de buena salud. Los arqueólogos que la hallaron dicen que bien podría ser la abuelita más lejana de Viviana Rivasplata o de Maju Mantilla, diosa en aquel tiempo de la civilización Moche. Junto a ella, los científicos encontraron ricos ornamentos, joyas de oro y el cuerpo de un adolescente ofrecido en sacrificio. No creo [E.J.]


Un equipo de arqueólogos nacionales y estadounidenses descubrió cerca de la ciudad de Trujillo una momia de una mujer perteneciente a la civilización precolombina Moche. Según se informó, la momia pertenece a una mujer de unos 30 años. Su piel, que se encuentra bien conservada, esta parcialmente cubierta por tatuajes.

La momia fue hallada en el antiguo sitio de ceremonias de esa civilización conocido como “El Brujo”, ubicado en la costa del norte de Perú y cercano a la ciudad de Trujillo. Se cree que la mujer pertenecía a la élite Moche, ya que la momia estaba envuelta en cientos de metros de tela de algodón. Además, los arqueólogos descubrieron cerca suyo el esqueleto de un supuesto bellísimo adolescente ofrecido en sacrificio, ricos ornamentos y joyas de oro.

Entre los objetos enterrados con la momia, los investigadores hallaron dos mazas de guerra y 23 disparadores de lanzas. Este hallazgo sorprendió a los investigadores porque hasta ahora esas armas se habían encontrado exclusivamente en tumbas de hombres.

"La cuestión es saber por qué la sepultura de una mujer era acompañada por armas", se preguntó el antropólogo John Verano de la estadounidense Universidad de Tulane (Luisiana, sur). "Quizás ella era una guerrera, o las armas eran un símbolo de poder presentado como regalo funerario por los hombres", agregó el académico. Lo que no sabía el científico era que el feminismo se fundó en Trujilo y que la famosa momía Juanita de Arequipa no es más vieja que la injusticia.
[Nota del Editor]


EL EVANGELIO SEGÚN SAN BROWN


EL FILM DEL CÓLICO SAGRADO

Dan Brown llega hoy al cine. El director Ron Howard ha pecado otra vez. El Codigo Da Vinci protagonizada por Tom Hanks y Audrey Tautou, logró lo que nunca antes hizo cineasta alguno: filmar dentro del Museo del Louvre. Sólo Leonardo y Hollywood, esa máquina de fantasías posibles y de las otras, fue capaz de hacerlo. Ahí, frente a la tabla de álamo de 77 por 53 centímetros sobre la que Da Vinci hizo que Mona Lisa reposara en gesto placentero, fe, ambición y pendejada se unieron como desde 1506.


Escribe Pancho Zelada *

Ron Howard, embarcado en la ambiciosa misión de llevar al celuloide la polémica novela del estadounidense Dan Brown que ya leyeron 25 millones de personas en todo el mundo, hizo el milagro.

Ungido para interpretar a Robert Langdon, el profesor de simbología religiosa de Harvad que protagoniza la historia, Tom Hanks aún no sale de su asombro: “Mirabas un rincón y veías el lugar repleto de cosas que se utilizan para hacer películas: cajas, herramientas, pies de cámara, accesorios … y la Mona Lisa...”

Desde su publicación, en 2003, El código Da Vinci se convirtió en la gallina de los huevos de oro. Montó una industria global que generó desde documentales críticos hasta tours organizados por los escenarios de la novela. Ha sido condenada, sin embargo, por el Vaticano: considera que el texto disemina falsedades sobre la Iglesia Católica Romana. Tampoco fue aplaudida por un sector de la crítica literaria, que la acusa de difundir una escritura pobre y deslucida.

El Opus Dei ha lanzado el grito al cielo. Algo apaleado en la novela de Dan Brown –el asesinato en el Louvre es cometido por un monje del Opus–, el vocero del movimiento religioso, Brian Finnerty, aseguró que, antes de que comenzara la filmación, había pedido que la película no mencionara el nombre del Opus Dei, pero que nadie le había dado una respuesta.

“Se habla del Opus Dei en el libro y no es nuestra intención silenciar ningún aspecto que figura en la historia”, retruca Howard, que parece más concentrado en complacer a quienes han disfrutado con la novela que a aquellos que preferirían silenciarla.

El paraíso de Cannes


El estreno mundial de la cuarta película de Ron Howard será en el marco del Festival de Cannes, donde será exhibida fuera de la competición. Hoy el director, junto a los protagonistas, Hanks y la buenaza Audrey Tatou, levantarán el telón de la 59a edición del legendario certamen francés. En ese momento, el privilegiado público de Cannes podrá evaluar el trabajo del guionista Akiva Goldsman y el producto de los 120 millones de dólares invertidos en la realización.

En tiempos en los que se desmontan los mitos y Judas ya no es lo que durante 2000 años se ha creído que era (según el evangelio que se le atribuye), la película, fiel al género del suspenso, con una trama que supuestamente revela las verdades ocultas de una de las principales religiones monoteístas del planeta, alteró la tranquilidad del Vaticano, desde donde se ha instado a los fieles a boicotearla.


Las cifras del thriller más polémico de la historia: el libro vendió 50 millones de copias en todo el mundo, fue traducido a 44 idiomas, la película costó 125 millones de dólares, Sony Pictures pagó 6 millones de dólares por los derechos, la película se estrenará en 70 países, 50 millones de euros ganó Brown sólo por la venta del libro en los EE.UU.

En el Perú, se hizo una pachanga pero la disputa del cielo y el infierno no está en el film sobre la obra del popular San Brown sino entre el más allá del candidato Alan y los mil infiernos que promete Ollanta. No obstante, antes de las elecciones, nada pierden los indecisos si se pegan una vuelta por Larcomar y se prenden bien de su Judas de derechas.

* Es crítico consumado del colectivo Cine Excusas. «Más vale ir al cine», es su lema.




EL QUIJOTE MORDIDO POR LA MALA LENGUA


El galgo fantasma de Don Quijote
***
Escribe GREGORIO MARTÍNEZ

En su aplaudida versión inglesa de Don Quijote, Edith Grossman ha añadido un nuevo cuadrúpedo a la fauna quijotesca, un galgo de carrera.


Quizás por hueleguiso, el galgo fantasma me saltó a la cara. Por supuesto, un autor desconocido, que escribe en castellano recóndito de Coyungo (Nasca, Perú), no tenía para qué echarle ojo a la novela Don Quijote traducida al inglés. Excepto de puro adefesiero. Acaso porque había leído que le echaban flores y le reventaban cuetes a la novísima versión inglesa de Don Quijote, traducción de la célebre Edith Grossman, con prólogo del pontífice de los estudios literarios Harold Bloom, profesor de Yale? Tal vez.

Edith Grossman, como traductora del castellano al inglés, se ha constituido en una celebridad de las letras hispánicas, aquende y allende los mares. Mas aún desde cuando Gabriel García Márquez declaró que la versión inglesa de El amor en los tiempos del cólera, realizada por Edith Grossman, resultaba superior a la original en castellano. A partir de entonces, ser traducido por Edith Grossman se convirtió en un delirio de grandeza.

¿Y a qué galgo fantasma me refiero? Pues al perro inefable que le ha añadido a Don Quijote la novísima traducción de Edith Grossman, lanzada por HarperCollins, a propósito de los 400 años de la aparición de esta obra magna de Cervantes. Digo que me saltó a la cara porque el presumido cancerbero se halla a la entrada de la novela, en el primer parágrafo, aquel preámbulo de narrador que tanta hermenéutica ha generado y chinchosas notas al pie de página, esa artimaña viciosa para gracia de Francisco Rico que inventó el británico Edward Gibbon en 1788.

Cervantes dice: "un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor". En su aplaudida versión, Edith Grossman ha confundido la función adjetival de la frase nominal 'galgo corredor', cualidad referida al caballo Rocinante, y, por arte de birlibirloque --un insólito pase mágico de adjetivo a sustantivo-- acaba procreando un nuevo cuadrúpedo en la fauna quijotesca, un galgo de carrera. Así lo traduce: galgo de carrera/ greyhound for racing. Transcribo aquí el trecho sin propósito de enmienda: "a gentleman, (...) one of those who has a lance and anciente shield on a shelf and keeps a skinny nag and a greyhound for racing".

Quienes piensen que se trata de un desliz insignificante, tienen la entera razón. En efecto, el mero y diminuto artículo 'un'/ 'a' ocasiona el problema. Si en castellano Cervantes hubiera escrito: rocín flaco y 'un' galgo corredor, Edith Grossman habría dado en la cabeza del clavo cuando tradujo: skinny nag and 'a' greyhound for racing. Pero en el idioma de Cervantes la adjetivación se vale no solo de formas gramaticales establecidas sino, también, de sutilezas que constituyen verdaderos oxímorons, ya que se trata de agujeros negros en el espacio idiomático.

Insignificante en castellano no quiere decir carente de significado. Insignificante se refiere a lo diminuto, a lo minúsculo. Por lo tanto, 'rocín flaco y un galgo corredor' sería un desliz minúsculo, ocasionado apenas por el artículo 'un'. Sin embargo, las consecuencias significativas, ahora sí, resultan tremendas. Porque, entonces, el personaje principal de la novela de Cervantes será otro. Un Don Quijote con Rocinante y además un formidable galgo de carrera y de caza que podría arrancarle los capachos a cada contrincante del Caballero de la Triste Figura.


No creo que a Edith Grossman la consuele que lo del galgo fantasma sea un mal de muchos. Por decir, de todos los traductores al inglés de Don Quijote desde 1947, cuando se cumplieron 400 años del nacimiento de Cervantes y Samuel Putnam culminó su famosa traducción, vigente por cuatro décadas, titulada The Ingenious Gentleman Don Quixote de la Mancha, hasta las versiones del siglo XXI, prologadas una por Carlos Fuentes, otra por Roberto González Echevarría, profesor de Yale. Todos caen redondos en el agujero negro de la frase nominal --galgo corredor-- que solo es adjetiva. Incluso Samuel Putnam.


LEER MÁS.
http://www.peru21.com/comunidad/Columnistas/html/Martinezindex.html


EL CODIGO LA PINCHI: JUDAS NI A LA ESQUINA 1



Jorge Salazar *
...
«ESCRIBÍ Y HALLÉ A MI JESÚS»

El origen de este libro creo que se remonta a mi infancia. Desde muy temprano nos piden ser racionales, que usemos el cerebro, pero a la vez a uno le inoculan estos hábitos religiosos que contradicen ese pedido. Por otro lado, la Semana Santa de mi infancia era muy diferente: para un niño, estaba llena de terror. Era obligatorio ver la vida, pasión y muerte de Cristo en matiné, vermú y noche; no se podía oír música ni hablar alto, y decir una lisura era condenarse. Pero conmigo pasaba algo.", explica Jorge Salazar.
¿Algo como qué?
Yo leía mucho las aventuras de Sandokán, del Corsario Negro, de Robin Hood; todos bandidos, pero siempre en busca de la justicia. Entonces, cuando veía la crucifixión de Cristo, siempre me preguntaba -también iba mucho al cine- a qué hora llegaba el sétimo batallón de caballería a salvarlo. Y probablemente en mi mente fabulé que había que salvar a este hombre tan bueno al que hacían sufrir tanto. Entonces, vivía con angustias porque, cada vez que hacía preguntas acerca de lo que me parecía contradictorio, las respuestas eran una especie de 'calla mierda'.
En su libro relata que el trabajo empezó en el Medio Oriente.En mi primera juventud, me fui a la Madrid franquista, donde trabajé en el diario Informaciones y tuve la suerte de que me mandaran, durante la Guerra de los Seis Días, a Damasco.
¿Es cierto que se encontró esos rollos antiguos en un taxi de Damasco?
Claro que sí. Estaban escritos en varias lenguas antiguas, por lo que pensé que era el olvido de un paleógrafo, y me llevaron a retomar aquellas angustias de niño. Una serie de amigos en Europa me ayudaron a traducir esos rollos, que me hicieron entrar en contacto con historiadores y hacer una serie de investigaciones.
¿Y conserva esos rollos?
No. Se los regalé a mi primera esposa, una alemana que me ayudó muchísimo -a ella está dedicado el libro- y que, como buena alemana, los donó a una biblioteca.
¿De qué hablaban esos rollos?
De una secta cristiana que no conocemos y del florecimiento de una serie de comunidades cristianas en Damasco. Hablaban de Jesús, pero como un mago, y de Claudia Prócula (la esposa de Poncio Pilatos), que es una santa. Sin embargo, no me interesa hablar sobre teología o discutir. Lo que me interesa es que el libro entretenga.

Ha reunido información histórica.
Es totalmente correcta. Eso es lo que me ha tomado años.
En su libro, el padre de Jesús era un soldado griego.Eso lo sostiene un historiador como Robert Graves. Hay muchas investigaciones realizadas en torno a este tema, solo que se mantienen en cierta clandestinidad. Nosotros somos tan cristianos como cualquier inglés. No creo que las angustias sean exclusivas de un chico de Santa Beatriz, pero por respeto a la religión de mis padres y de mi pueblo, no me interesa discutir eso.
No es gratuito que le digan oportunista, pues El Código Da Vinci ha puesto en agenda temas similares.
Pero lo mío no es eso. Y espero que los lectores vean que lo mío es una reflexión muy seria que empezó en la infancia y que me ha tomado muchísimos años y mucho dinero. Pero yo soy feliz con esto.

LEER MÁS: En diario Perú 21. Martes 16 de mayo del 2006. Sección Entrevistas

**Los Papeles de Damasco Autor: Salazar, JorgeEditorial: Suma 2006 Precio: 45 soles.

** Nací en los Barrios Altos, en 1940. Buena parte de mi infancia la pasé en Chosica y un poco en Santa Beatriz, con incursiones en La Victoria. Estudié en San Marcos, pasé por Filosofía en París y también por universidades alemanas; terminé estudiando Arte y Periodismo en Madrid. tenía una familia pudiente que me mandó allá. Mi tránsito literario incluye La ópera de los fantasmas, con la que tuve la fortuna de ganar el premio Casa de las Américas; también gané un premio de ensayo en Holanda. Soy un hombre de suerte, un periodista de suerte, creo que soy un escritor de suerte.

jueves, mayo 11, 2006

ELECCIONES EN EL PERU: LOS DESTERRITORIALES 2



La Tierra de Humala
o "Los Estragos de la Globalización"



Por Hugo Neira.


"La gente de Oyolo no se acuerda mucho de los Humala. Claro que han escuchado de la repentina fama de ellos, pero las noticias llegan tarde a Oyolo y todavía no saben si será beneficioso o no para ellos tener estos hijos ilustres".
La tierra de Humala o “los estragos de la globalización”, es el título de esta crónica. ¿Quién es Hidelgard Willer? Directora de una ONG, teóloga e investigadora social de origen alemán, como alumna en la Universidad Ruiz de Montoya regentada por los padres jesuitas, ha seguido mis cursos de maestría de filosofía política (Rousseau, Tocqueville, etc.) y a la vez de práctica de crónicas de viaje. Willer se fue a Pauza, Ayacucho, el polvoriento pueblo de donde son originarios los Humala, para recoger estas impresiones. El texto es extenso, publicamos apenas los fragmentos más saltantes. El lector apreciará: el origen misti y su fama de mandones. (H.N.)

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La choledad en la otra orilla
ESCRIBE: Hidelgard Willer

Uno de los lugares más fascinantes que he conocido en el Perú es el Sur del departamento de Ayacucho. Es una tierra de paisajes agrestes y de historias y mestizajes peruanos que no he encontrado de una forma tan nítida en otro rincón del país. En setiembre del 2003 me tocó un viaje a Pauza, capital de la provincia de Páucar del Sara-Sara. 24 horas en bus desde Lima, atravesando primero los desiertos de Caravelí para enroscarse después junto al abismo hasta Incuyo y de allí bajando a la meseta de Pauza. No es simplemente Pauza un lugar provinciano que provee a la capital peruana de música y migrantes ayacuchanos. Es además la autodenominada capital cervantina: aquí fue puesta en escena por primera vez en tierra americana, en el siglo XVII, la novela: el Don Quijote. La otra especialidad de Pauza son sus migrantes: ya no migran a Lima, sino directamente a Estados Unidos.
Los locutorios públicos del lugar –no hay líneas telefónicas privadas– se pueblan en la noche de madres jóvenes que esperan la llamada de sus esposos desde Estados Unidos donde suelen trabajar ilegalmente. Pero no vinimos para contar las historias de los migrantes modernos paucinos –aunque algunas de ellas no tienen nada que envidiar al Don Quijote en cuanto a materia novelesca– sino que vinimos tras los pasos de un hijo de la provincia que desde hace poco atraía la atención del país: Antauro Humala, el militar en retiro que, junto a su hermano Ollanta, se había sublevado contra el moribundo régimen fujimorista y que, después de haber sido amnistiado por el régimen de Toledo, incendiaba el país con prédicas nacionalistas e neoindigenistas que él mismo bautizó como “etnocaceristas”.
De cada kiosco limeño saltaban a la vista los titulares de su pasquín “Ollanta” que vociferaba en contra de los chilenos y después en contra de la élite criolla. En aquel entonces, setiembre del 2003, todavía Antauro no se había aventurado en Andahuaylas y su hermano Ollanta aún percibía su sueldo como funcionario del gobierno de Toledo en París. Pero ya se rumoreaba que los Humala “pegaban a la gente”.
La familia Humala tiene sus raíces en Oyolo, que es un lugar nada menos que en la provincia de Páucar del Sara Sara. ¿Qué nos dirá la gente en Oyolo sobre la historia de la familia Humala? En Colta, Édgar, nuestro chofer y guía, saca su radio e informa a Pauza que las periodistas de Lima han llegado bien y que estamos en camino a Oyolo para buscar a los Humala. Así que cuando llegamos después de 6 horas más a pie y a caballo a Oyolo, ya todo el mundo nos está esperando.
En algún momento de su historia Oyolo perdió el enlace con la modernidad. ¿Cuándo se jodió pues? ¿Cuándo la ganadería dejó de ser el negocio lucrativo? ¿Cuándo los indígenas de la zona se levantaron en contra de sus mistis y los sacaron del pueblo? ¿Cuándo se fueron los Humala del pueblo? La gente más vieja que aún se acuerda de los Humala cuenta que ha sido una de las 4 familias mistis del lugar y que salieron para Cora-Cora después del último levantamiento indígena en los años 30 del siglo pasado.
La gente de Oyolo no se acuerda mucho de los Humala. Claro que han escuchado de la repentina fama de ellos, pero las noticias llegan tarde a Oyolo y todavía no saben si será beneficioso o no para ellos tener estos hijos ilustres. A pesar de la historia rica de Oyolo, dejamos el pueblo con cierta decepción. Al final no hemos detectado gran cosa sobre los Humala: simplemente que eran una familia de mistis que dejaron el pueblo hace mucho tiempo.
De vuelta en Lima buscamos a Antauro Humala para terminar el reportaje con una entrevista en vivo. Lo encontramos en el último piso de un edificio medio abandonado en el centro de Lima. Amable, pero también muy distraído, Antauro nos explica cómo quiere salvar al Perú y especialmente a los indígenas: revalorando la “raza cobriza”, legalizando la coca, sacando a los gringos del país que no se pliegan a su doctrina, incentivando a los ingenieros peruanos a que inventen un Windows peruano y enviando a los peruanos hambrientos al campo para que vivan de la fruta de su tierra. ¿A pueblos como Oyolo? Hace tiempo no había ido a su tierra, decía. Estaba tan convencido de su misión salvadora y de su visión nacionalista-socialista-indigenista antigringa del Perú que no me atreví a contarle lo que había encontrado en la sacristía de su pueblo: entre las banderas guardadas para la fiesta patronal había una que no cuajaba en e
l juego, una bandera de tiras rojas y blancas y estrellas blancas sobre un fondo azul.
Una bandera mundialmente conocida, pero: ¿qué diablos hacía una bandera estadounidense en la sacristía de la iglesia de Oyolo? La trajo un hijo de Oyolo que vive en Estados Unidos. Cuando regresó para la fiesta patronal de Oyolo, él llevó la bandera en la procesión en agradecimiento de que lo habían hecho “ciudadano estadunidense”, nos contaba el sacristán. Y también nos contaba que muchísimos oyolinos habían migrado a Estados Unidos y que los que quedaban aún vivían de las remesas o buscaban cómo irse también. Me temo que el hijo de sus antiguos mistis no tendrá mucho éxito con su prédica de un Windows peruano en un pueblo globalizado como Oyolo”.
PD. Al lector. No habrá esta colaboración por un buen rato. Verano sin carga docente, trabajo de campo en los Andes, libros personales y varios etcéteras de los cuales se hablará a su hora. Hasta pronto y gracias por la fidelidad.

* LEER MÁS: En
La tierra de Humala Por Hugo Neira.La República, 7 de enero del 2006

martes, mayo 09, 2006

ELECCIONES EN EL PERÚ: EL INFIERNO TAN TEMIDO



Max Hernández:

«Me preocupa el día siguiente de las elecciones»



El psicoanalista Max Hernández, secretario técnico del Acuerdo Nacional, plantea en esta entrevista la necesidad de moderar los mensajes de la campaña en la segunda vuelta y esboza un panorama de lo que fue la votación de la primera vuelta.

ENTREVISTA: Elizabeth Cavero

La sociedad peruana y el sistema político peruano están realizando importantes aprendizajes. Para que un sistema de partidos funcione tenemos que respetar la elección popular, no podemos plantear tal partido es bueno o tal partido es malo. Es un partido que ha cumplido y que ha logrado representación.

–¿Usted, personalmente, sacó lecciones del apoyo al fujimorismo?



–Varias. La primera es que un sector importante de la población respalda a Fujimori y el golpe de Estado del 5 de abril. Como nos señala ahora el informe de Naciones Unidas, las nociones de democracia no han enraizado en el país. Se ha creado en el imaginario peruano la falsa polarización democracia=ineficiencia, autoritarismo=eficiencia.

–En realidad, también se ha dicho que los votantes humalistas son ignorantes o poco apegados a la democracia.

–Mire, cuando calificamos como ignorancia aquellos signos que no sabemos leer, nos estamos equivocando. Tenemos que plantear una lectura que no nos lleve a la polarización absoluta en la cual estamos cayendo. Ciertamente, hay quienes han percibido vibraciones autoritarias en el oráculo que resulta siendo la elección. El país debe estar prevenido contra cualquier vocación autoritaria venga de donde venga.

–Los electores dieron un mensaje, pero también los partidos y muchos de ellos mostraron vínculos con el fujimorismo.

–Hay dos lecturas ahí: una de corte moral y otra de corte político e histórico. En esta última, sabemos que cualquier grupo que ejerció el poder durante una década va a tener remanentes.

–¿No hay entonces factores preocupantes?

–Lo que a mí me preocupa es que tenemos dos candidatos. Uno le dice al otro "asesino" y el otro lo llama "ladrón". Pero uno de esos dos señores va a resultar electo. ¿Qué va a pasar cuando los grupos parlamentarios que representan a estos señores tengan que ser parte de un sistema de alianzas? ¿Y cómo vamos nosotros a digerir y masticar esa realidad? Entonces, o miramos esto bajo la óptica absolutamente moral de algunas personas que plantean que lo único correcto es viciar el voto…

–O dejarlo en blanco.

–Ni siquiera, porque la desconfianza es tal que se piensa que ese voto va a ser utilizado… Entonces se llama a votar viciado. ¿Para qué? Para crear un impase. Yo me pregunto: ¿la política es el arte de lo moralmente necesario o de lo posible?

–Es interesante, porque hay personajes que ya justifican su apoyo a tal o cual candidato. García, incluso, se erigió como "el mal menor" sabiendo que muchos le darán su voto "con la nariz tapada".

–Mire, si usted para votar necesita abolir el olfalto, el gusto, la vista o renunciar al tacto, es un voto que no tiene ningún sentido ético. Si yo considero que en una circunstancia determinada debo votar para preservar algo valioso, pues votaré con las narices bien abiertas. No olvidemos, sin embargo, que la elección se juega en ese acto inmensamente solitario de marcar en secreto, sabiendo que tengo derecho de no decirle a nadie por quién voté.

–Para la segunda vuelta, García define su campaña hablando de apertura y concertación. Humala enfatiza en que no es la persona belicosa e intolerante que se supone. ¿Son estrategias correctas?

–Una cosa es estar en campaña y otra es gobernar. Si lo que están planteando es cuál va a ser su manera de gobernar, bajo la lógica de las alianzas, me parece saludable. Los políticos que han pasado a la segunda vuelta cometerían un grave error si creyeran que, por haber obtenido la mayoría de los votos, van a administrar como quieran. Tienen que entender que muchos electores les darán su voto realineando su pensamiento en contradicción con sus primerísimas convicciones, otros van a votar en blanco o viciado. Además, nuevos electores se van a incorporar al padrón. Por eso, más que la segunda vuelta y el día de las elecciones, lo que me preocupa es el día siguiente de las elecciones.

–¿Por qué?

–Porque aquí hay dos verdades absolutas: las reformas y políticas que necesitamos trascienden un periodo de cinco años. Segundo: gobernar el país requiere concertar. Tenemos que buscar la política de los concensos sobre los discensos... Sin creer, por cierto, que la política es un pícnic maravilloso en el que todos vamos a abrazarnos.


LEER MÁS: En Suplemento Domingo. Diario La República. Domingo 7 de mayo del 2006


Ilustración: Carlín






COLUMNA AGENDA POLÍTICA / EXPRESO



Las otras opciones



ESCRIBE: César Campos R.

Hay que dejar en claro que para la segunda vuelta presidencial no están compitiendo dos, sino cuatro candidatos:
1.Ollanta Humala,
2.Alan García,
3.Blanco O. Viciado y
4.Nariz Tapada.
Es un hecho incontrastable sobre el cual vale la pena detenerse y evaluar su impacto.

Algunos seguidores del tercero de los mencionados aseguran que su alternativa cerrará el paso al aprista y al nacionalista en su carrera a Palacio. Veamos: los votos de Humala y García en la primera ronda, suman casi 54,95 %. De acuerdo al artículo 184º de la Constitución, se requerirían 66,66 % de votos blancos y/o viciados en la segunda para declarar la nulidad del proceso.

Nada, absolutamente nada permite presagiar que los dos aspirantes van a perder, entre ambos, 21,61 % de los adherentes ya conquistados y así engordar el porcentaje que dejaría sin efecto los comicios. Menos que no serán capaces de recabar algo de apoyo de ese 45,05 % no identificado con sus propuestas iniciales.

Pero aun fuera el caso, la nulidad de las elecciones en segunda vuelta acarrearía convocar otras en un plazo no mayor a 90 días (Artículo 368º Ley Orgánica de Elecciones). ¿Entre quiénes? Pues entre los mismos candidatos de esta jornada – Ollanta y Alan – porque se trata de una elección distinta a la primera. Estas opciones son las que vuelven al combate.
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El otro argumento a favor de Blanco O. Viciado es “salvar la conciencia” de los electores que repudian al dúo Humala-García. Es válido como derecho pero no corresponde al espíritu del sistema de segunda vuelta. Lo que se busca es que la mayoría constituya un gobierno y no que endose su alma al capricho de quien eligió.

Nariz Tapada es menos pugnaz y no será posible medirlo cuantitativamente en las urnas. Pero Max Hernández – en una reciente entrevista – desentraña sus efectos con gran brillantez: “Si para votar necesitamos abolir el olfato, el gusto, la vista o renunciar al tacto, es un voto que no tiene ningún sentido ético”.

Por tautología, votemos con las narices bien abiertas.


LEER MÁS: En cesarcamposlima@yahoo.com



viernes, mayo 05, 2006

ORGASMOS ORGANIZADOS 1 / LAS NIÑAS MALAS



Eso me estaba diciendo y en la sección libros del supermecado Metro que está frente a mi departamento de la Residencial San Felipe, de repente vi el libro y no me llamo la atención. Estaba en una suerte de islote, en las orillas de las publicaciones y la sección ferretería. Yo iba en pos de una buena botella de pisco acholado y cuando agarro ese viaje ni Mario Vargas Llosa me detiene.
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Lo juro lo vi hace 15 días pero más me jaló el gusano que porto en las tripas. Cuando salía con mi atesorando botella de formas a top models ucraniana me tuve que detener en seco. ¿Cómo, era abril, el mes más cruel y ya estaba el libro de marras frente a tornillos, alicates y focos? No puede ser me dije. Regresé a Metro y no fue una aparición. El libro estaba ahí. Su tapa mostraba las mesas de un bar o algo parecido, una calle, un automóvil y un apenas un brazo sobre la mesa y una mano con un bolígrafo escribiendo la novela, supongo.

El Perú puede estar atrasado en promedio de comprensión de lectura en los jóvenes pero era tan travieso con los libros. En España el libro será recién presentado el 17 de mayo. Alfaguara había apostado por un imposible. Evitar la piratería y publicar a un autor peruano –antes había sucedido lo mismo con Abril Rojo de Santiago Roncagliolo y parece que sorprendieron a los corsarios multinacionales de la trafa--. El libro está dedicado así: «Para X. en memoria de los tiempos heroicos». Tiene un tono a confesión juvenil, en todo caso el un amor de muchacho, trabajado por un adulto y escrito por un señor. La niña mala bien puede ser la hija de «Elogio de la madrastra» empiernado con «Los cuadernos de don Rigoberto». Pero es mucho más.
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Con el pisco y el libro de Vargas Llosa volví esa vez mucho más contento a casa. Hace 15 días la botella de pisco está intacta sin destapar, y yo me acuesto con la niña mala de nuestro mejor novelista, todas, pero todas las noches.

[Eloy Jáuregui]

LEER MAS: En http://5litrosdepoemas.blogspot.com